“Vulnerada la prohibición de tortura, se detiene la expulsión”, titula Die Presse en alusión a la resolución del Tribunal Constitucional austríaco de frenar la deportación a Grecia de una familia de refugiados afganos. Este último ha dejado de garantizar un procedimiento de asilo y no puede considerarse “tercer país seguro”, estima el tribunal. Esta decisión sin precedentes en Austria, secunda las de otros países europeos, apunta Der Standard. “Reino Unido lo hace. Países Bajos lo hace. Bélgica, Noruega y Dinamarca, también. Estos cinco países miembros del Consejo de Europa han acatado la petición del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y se niegan a observar el reglamento Dublín II, en virtud del cual el solicitante de asilo debe aguardar hasta el fin del procedimiento de asilo en el país por el que ha accedido a la Unión Europea”, señala el diario vienés.
En opinión de un experto en derechos humanos de la ONU, el sistema de asilo griego se ha desmoronado. Tengan la edad que tengan, los refugiados corren el riesgo de pasar seis meses entre rejas. En los campos, las condiciones son inhumanas y presentan un riesgo mortal. El sistema judicial está desbordado y obliga a los refugiados a soportar largas esperas durante meses.
“La crisis del asilo en Grecia se ha convertido en una prueba para la UE”, constata Der Standard. Así, los Veintisiete deben buscar un mecanismo que “humanice” el sistema del [reglamento Dublín II](http:// http://europa.eu/legislation_summaries/justice_freedom_security/free_movement_of_persons_asylum_immigration/l33153_es.htm). El 28 de octubre el Tribunal Constitucional alemán ha comenzado a estudiar la cuestión para esclarecer si Berlín tiene derecho a deportar a los refugiados sistemáticamente y sin examen alguno a otros Estados de la Unión Europea. Desde 2009, el Tribunal de Karlsruhe ha frenado la expulsión a Grecia en 13 casos, al igual que han hecho los tribunales administrativos alemanes en 300 casos. Se espera que el fallo se haga público en 2011.