“¿Sobrevivirá la unión monetaria?”, plantea el Frankfurter Allgemeine Zeitung tras una semana prolija en declaraciones en relación al futuro de la de zona euro. El diario conservador publica un mapa interactivo que ilustra la distribución de euro-optimistas (en verde) y euro-pesimistas (en rojo). Conclusión:
La mayor parte de los profetas de la perdición viene de Estados Unidos. Los europeos ven la crisis de una forma mucho más distendida.
El FAZ enfrenta la postura de la Reserva Federal estadounidense, con Alan Greenspan (para quien “el euro se hundirá”) o la del financiero George Soros (que considera que la dirección que toma la crisis del euro es “potencialmente mortal”) a la del economista francés Pascal Salin (“no hay crisis del euro. [...] Se trata de un problema de endeudamiento de algunos países -Grecia, España y algunos más- que son miembros de la zona euro”).
Para explicar esta gran diferencia, la politóloga Stormy-Annika Mildner señala en las columnas de este diario que:
Los planteamientos estadounidenses son tan sombríos porque Europa es incapaza de poner en marcha sus ideas políticas. Los estadounidenses quieren eurobonos, una unión fiscal más fuerte y que los alemanes ejerzan un mayor liderazgo.
Además, algunos economistas estadounidenses, como Martin Feldstein (Harvard), ni siquiera han abandonado su escepticismo respecto al euro desde que se introdujo en la década de los noventa.
Otros elementos permiten también establecer matices en esta distribución. En primer lugar, cómo se han seleccionado a los expertos. Cabe señalar que si por parte estadounidense el FAZ cita a economistas, la postura europea la representan un buen número de personalidades políticas, de Angela Merkel a François Hollande, que no tienen precisamente interés en mostrarse euro-pesimistas.
También Otmar Issing, uno de los padres fundadores del euro, tildado de euro-optimista en el FAZ, ha escrito recientemente que pone en duda que todos los países de la zona euro vayan a seguir formando parte de ella en el futuro.