Andrea Rizzi escribe en el diario El País que "paradójicamente, la crisis económica parece capaz de dar ahora a la integración militar europea el impulso que la política no logró", y que "la ola de austeridad en Europa se abatirá duramente sobre la defensa", puesto que los principales países ya preven importantes recortes en sus presupuestos militares: "Alemania perfila estas semanas un tijeretazo al gasto militar de 10.000 millones de euros en cuatro años, y se plantea también la eliminación de la conscripción obligatoria. Francia quiere ahorrar 3.500 millones hasta 2013", indica.
Pero es asimismo una oportunidad, puesto que "obligados a cerrar el grifo, los principales Gobiernos europeos empiezan a explorar nuevas formas de cooperación para maximizar los recursos y mantener intacta la capacidad de acción de sus fuerzas armadas". La crisis aprieta las tuercas y "Europa tendrá que decidir si quiere optimizar unos recursos militares menguantes", concluye.