Personaje del teatro de marionetas chinas. Foto AssassinChen/Flickr

Bajo la mirada inflexible de Pekín

Dividida, embotada, marginada: para las élites chinas, la Unión Europea ha dejado de ser una potencia digna de afrontar la recomposición mundial que se está llevando a cabo. Según explica el sinólogo belga Jonathan Holslag, China pone en tela de juicio la frivolidad económica y social de los Veintisiete.

Publicado en 19 octubre 2009 a las 14:59
Personaje del teatro de marionetas chinas. Foto AssassinChen/Flickr

A medida que el avión del gobierno chino descendía lentamente por los campos de nubes de Bruselas, el vicepresidente chino Xi Jinping debió preguntarse por qué perdía el tiempo viniendo hasta aquí: no hay petróleo, ni reservas de minerales, ni consultas estratégicas sobre estabilidad económica, nada de asociaciones con quien resolver cuestiones delicadas, como con Irán o Corea del Norte, ni siquiera una pequeña cumbre europea. Entonces, ¿cuál era la finalidad de este viaje? ¡Visitar un museo! Por otra parte, parece que los belgas tienen la intención de comerciar con diamantes y que también tienen un puerto, debió pensar. ¿Qué nombre tengo que recordar? ¿Herman Van Rompuy, el Presidente de Bélgica [que de hecho es el Primer ministro del Reino]? Y eso ¿es su aeropuerto nacional? Un buen contratista de construcción chino no sería un lujo…

Hace un siglo, los chinos aún se arrodillaban ante los inversores belgas que rondaban sus recursos naturales o que pensaban sacar grandes beneficios con los contratos de infraestructuras. Actualmente, ya ni se molestan en consultar a la Unión Europea sobre cuestiones importantes, como la proliferación nuclear, la estabilidad en África o la reforma de las instituciones internacionales. Existen varias instancias oficiales de diálogo entre Europa y China, pero carecen de contenido y con estos diálogos no se llega a ningún consenso en concreto.

No hay una cooperación económica global con los Veintisiete

El motivo no es que a la República Popular no le gusten los socios estratégicos, sino que Europa es incapaz por sí misma de desempeñar una función importante. Por lo tanto, Bruselas ha considerado que es mejor apostar por la cooperación económica. La Unión Europea es el principal mercado de exportación de China y la principal fuente de valoración tecnológica. Sin embargo, Europa no llega a tener un peso político proporcional a su peso económico. Mientras que la Comisión es competente en el comercio de mercancías, los Veintisiete se niegan a avanzar en la misma dirección para concluir negociaciones sobre una cooperación económica global con China. Las capitales europeas prefieren mantener sus competencias exclusivas en materia de investigación e inversión, lo que permite a Pekín hacerles jugar unos contra otros, en función de sus propios intereses.

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

Los expertos y los funcionarios chinos se lamentan de que la UE sea incapaz de solventar la crisis económica y de que no llegue a invertir en innovación. La economía del saber se estanca, puesto que los líderes políticos miopes dan prioridad a la garantía de empleo a corto plazo. A falta de grandes reformas económicas, los chinos piensan cada vez más que a Europa finalmente no le quedará más opción que proteger su mercado de la competencia internacional.

No obstante, los europeos piensan que Europa sigue siendo un buen ejemplo en lo que respecta a política social y a desarrollo sostenible. Sin embargo, una investigación desarrollada en estos momentos en la Academia China de Ciencias Sociales (CASS) demuestra que Europa es cada vez menos una referencia en estos aspectos entre los líderes políticos chinos. Uno de los motivos es que cada vez más chinos visitan Europa y comparan los ideales con la realidad. Muchos de ellos, pensando en la crítica europea con respecto a la política china en el Tíbet, quedan consternados ante la segregación étnica y la decadencia urbana que constatan en Europa.

Para los chinos, Europa se está convirtiendo en un museo

Asimismo, los expertos se preguntan si el modelo social europeo será viable si el sistema económico sigue registrando fracasos. Ding Chun, un renombrado profesor de Shanghai, ha señalado recientemente que la cultura de la seguridad social es una traba para la movilidad social, necesaria para realizar reformas. Además, la cultura de la protección social impide a los europeos darse cuenta de que las fuentes de esta riqueza se agotan poco a poco.

Para los chinos, Europa no sólo dispone de preciosos museos, si no que ella misma se está convirtiendo en un museo. Europa parece estar marginada incluso antes de que haya comenzado el juego de poderes para la reorganización del nuevo orden mundial. Esto no significa que las nuevas potencias como China no se enfrenten a problemas internos. Los motivos del éxito económico de China son poco fiables y la modernización política del país no avanza. Son precisamente estas incertidumbres las que van a obligar a las grandes potencias a defender con firmeza sus intereses y las que deberían motivar a Europa a conseguir mejores resultados.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema