Análisis Los medios y la diversidad

El panorama mediático en Italia: una fortaleza de privilegio blanco

Por lo general, son periodistas blancos procedentes de un entorno privilegiado quienes cubren los debates de noticias en Italia. Quienes tratan de romper esta norma se enfrentan a abundantes obstáculos, según informa la revista londinense The Fix Media.

Publicado en 9 febrero 2023 a las 12:50

Casi siempre son periodistas blancos quienes dirigen los debates de noticias en Italia. Esto es un hecho sobradamente conocido y asumido por toda clase de medios de comunicación – televisión, radio y digitales –. Pero, al mismo tiempo, resulta muy difícil confirmarcon datos este fenómeno. 

Esto se debe a que los medios de comunicación italianos sufren una escasez de datos sobre el estado en que se encuentra la profesión. Añadamos a esto las leyes de ciudadanía que favorecen a las personas italianas así como una renuencia general del país a reconocer las minorías y nos encontraremos con una profesión dominada por una raza y un género.

Y esto no pasa sólo en Italia

Esto no es solo un problema en Italia, a buen seguro; la falta de diversidad en las salas de redacción prevalece en todo el mundo. Por ejemplo, en 2020 en el Reino Unido, los periodistas no blancos empleados en el sector de las noticias representaban no más del 8 %, porcentaje muy inferior al de no blancos en la masa laboral general, que se sitúa en torno al 12 %. De igual modo, en Canadá, casi el 75 % de las salas de redacción estuvo compuesta por periodistas blancos entre noviembre de 2020 y julio de 2021. En 2019 en EE. UU. solamente el 21,9 % de la masa laboral remunerada en el periodismo se identificó como no blanca; y nada más que el 6,5 % se identificaron como negros.

No obstante, la diferencia estriba en que en otros países existe al menos un debate en curso sobre este asunto. De todos es sabido que la carencia de voces diversas en los medios de comunicación influye en los enfoques y las discusiones editoriales. Estas cuestiones han suscitado en EE. UU. multitud de ideas y debates a lo largo de los años.

De hecho, ya se citó como un problema en EE. UU allá por 1972. Solo eran negros el 4,2 % de los empleados en el sector de la prensa escrita y, de estos, solo el 1,5 % de los reporteros eran negros. Estas cifras significaban que en el punto álgido de la lucha por los derechos civiles para los afroestadounidenses, el relato de los medios se estaba filtrando a través de un prisma” blanco.


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En Italia hay muy poco debate sobre la falta de diversidad en la profesión. El problema, además, es mucho más complicado aquí. Con tal carencia de datos, el asunto de la diversidad en los medios de comunicación italianos resulta mucho más anecdótico de lo que debería ser. 

Hombres blancos que explican e interpretan el mundo

Harto difícil resulta explicar mediante datos la ausencia de periodistas italianos de segunda generación. En 2019 los extranjeros residentes en Italia representaban el 8,7 % de la población total, es decir 5 250 000, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística de Italia. Hoy en día Italia tiene unos 60 millones de habitantes.

Esto enlaza con la legislación de ciudadanía italiana que se basa en el ius sanguinis (derecho de sangre) que fundamentalmente otorga más derechos a los nietos y bisnietos de italianos nacidos y criados en el extranjero que a los hijos de migrantes nacidos y criados en Italia. Esto, junto con el hecho de que el censo italiano no reconoce a las minorías, dificulta todavía más el poder substanciar la situación de la diversidad en los medios de comunicación.

Los escasos datos de que se dispone sobre los medios de comunicación son fruto de los esfuerzos de la Associazione Carta di Roma (Asociación Carta di Roma). Esta asociación se fundó en 2011 “con el objetivo de poner en práctica el Código de Buenas Prácticas del Periodista en materia de inmigración, firmado por el Consejo Nacional de Periodistas (CNOG) y la Federación Nacional de la Prensa Italiana (FNSI) en junio de 2008”.

Un informe de Carta di Roma de 2020 alertaba que las personas de ascendencia extranjera solamente participaban en debates dentro de los noticieros de prime time en el 1 % de los casos. Además, el informe del Global Media Monitoring Project resaltaba que en 2020, en el 90 % de los casos eran figuras masculinas quienes presentaban los informativos del horario de máxima audiencia. Por lo tanto, el relato lo dirigen casi siempre hombres blancos que explican e interpretan el mundo en Italia –desde los debates sobre migración hasta el cambio de la muy excluyente legislación sobre ciudadanía vigente en el país– lo que influye mucho en los puntos de vista de las masas y dispara los temores.

En su condición de periodista, Silvia Godano informa en Voci Globali de que no es fácil llegar a saber cuántos son los periodistas de segunda generación que trabajan en Italia: “Cuando hablamos de diversidad en los medios de comunicación italianos hablamos sobre todo de igualdad de género e incapacidad. Tanto la RAI (Radiotelevisión Italiana, la sociedad emisora nacional pública de Italia), como los grupos editores privados parece que no tienen estrategias para la diversidad, ni en términos de reclutamiento y formación continuada ni en lo concerniente a la programación”.

En Italia, los periodistas de segunda o tercera generación solo suelen aparecen en los medios de comunicación cuando tienen que hablar de su tierra natal o de la de sus progenitores, incluso cuando tienen historiales académicos y especializaciones completamente diferentes. En cierto modo, esta es una práctica para encasillarlos: darles un espacio limitado y restringirles a temas que pueden catalogarse como “suyos”, tales como la migración, las reformas de la ciudadanía, o el movimiento social Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan).

Oiza Q. Obasuvi, investigadora junior y ayudante de programas en la ONG CILD (Coalición italiana que se centra en los derechos humanos) y colaboradora en varios medios italianos comentó a The Fix Media: “Uno de los problemas fundamentales reside, en mi opinión, en las salas de redacción. No se puede intentar hablar de la diversidad o la inclusión si no se tiene en cuenta que las salas de redacción siguen siendo ‘blancas’ y que muy frecuentemente cuando hablamos de asuntos en que las personas concernidas son migrantes, refugiados o italianos de ascendencia extranjera, se les excluye del debate o de la colaboración a la hora de redactar los artículos”. 

“La participación de estas personas es crucial si de verdad queremos conseguir un cambio en los medios, añade Obasuyi. Pero son muchos, muchísimos, los obstáculos con que se tropiezan en el camino hacia ese cambio.

Cancerberos de los medios italianos

Uno de los principales obstáculos para los periodistas italianos no blancos – y también para los italianos blancos que no proceden de un entorno privilegiado – es el acceso a la profesión. En todo el país los medios de comunicación son una carrera regida por la Ordine dei Giornalisti (Orden de los Periodistas), institución cuyos orígenes se remontan a los años del fascismo; su predecesora se fundó en la década de 1920, fundamentalmente para regular el periodismo.

En cierto modo, la Orden todavía funciona como un cancerbero que impide a muchos el acceso a la profesión. “Somos el único país europeo que tiene esa Orden de Periodistas y para ingresar en ella, bien como profesional o como publicista, hay que hacer grandes sacrificios”, declaró a The Fix Media Leila Belhadj Mohamed periodista freelance y podcaster. “Para llegar a profesional se necesita un máster que, objetivamente, las personas procedentes de un entorno migrante no se pueden permitir.”

Entre los sacrificios mencionados por Belhadj Mohamed se incluye el retraso durante meses del cobro por trabajos periodísticos y unas tarifas bajísimas en comparación con otros países europeos. “Nos hemos quejado frecuentemente por la forma en que se habla de ciertos contextos y comunidades, de la forma en que esto se hace de una manera muy superficial, estemos hablando de noticias o de geopolítica. En cuanto a las dificultades para tener acceso al mundo de la información para las personas procedentes de un entorno migrante, yo añadiría que también es un asunto extremadamente clasista.”

“Hay una cuestión generacional porque no hay rotaciones en las salas de redacción, una cuestión de género, una cuestión de clase y el problema que tarde o temprano abocará al necesario desmantelamiento de la Orden. Esta Orden ha creado un lobby de la información que ha hecho de esta una profesión para los ricos, y eso no puede ser,” añade además Belhadj Mohamed.

Adil Mauro, periodista freelance y podcaster comparte la misma opinión. La falta de intervención de voces diversas tiene una influencia directa sobre la clase de relatos que se propagan por los medios de comunicación y es una cuestión que conecta no sólo con la raza sino también con la clase, indica Mauro a The Fix Media. Y dice: “Creo que el asunto de la diversidad en la información italiana tiene que ver sobre todo conla clase, pues no solo afecta a las personas de un entorno migrante, sino a todas aquellas que procedan de una clase no privilegiada. Creo que este es el mayor obstáculo de todos, por culpa de las camarillas, las burbujas y los círculos cerrados. Estamos fundamentalmente hablando de personas que fueron a las mismas escuelas y universidades, que se conocen unas a otras y que proceden de entornos de clase media-alta o alta, porque escribir como periodista es un lujo que pocas se pueden permitir y las personas procedentes de un entorno migrante encuentran todavía más difícil que las demás el poder permitirse este lujo”.

Y Mauro añade además: “El periodismo y la escritura tienen una relevancia política y social crucial y la idea de que solamente puedan acceder a ellos unas pocas personas es algo que me hiere profundamente, porque las personas con una perspectiva no blanca están luchando por encontrar un espacio en el que realizarse, mientras que las que narran su historia no lo hacen correctamente, pues carecen de predisposición, empatía y deseo de estudiar e informarse”. En esta lucha por la creación de un espacio para voces diversas en los medios de comunicación italianos hay bastantes personas que se están alzando en contra de la discriminación y dando inicio a la lucha por aquello que es digno de una buena batalla.

Señales alentadoras del cambio

En tiempos recientes se han levantado cada vez más voces no blancas en un intento por encontrar un espacio en los medios de comunicación italianos o, en otro caso, por crear nuevos espacios.

La más reciente incorporación a tales voces es DOTZ, un medio de comunicación independiente fundado por la periodista de audiovisuales Sara Lemlem. Ella y la mayor parte de la actual sala de redacción de DOTZ se conocieron durante una campaña denominada #cambieRAI (“cambiemos la RAI”). La campaña estaba pensada para criticar a la cadena pública por permitir en un programa el uso sin ningún escrúpulo del término peyorativo italiano negro y en contra de la norma de no uso de lenguaje racista en los medios de comunicación. 

“Ese fue un momento de gran intensidad en Italia, porque el término se había usado en directo en la televisión pública [y nadie pidió disculpas jamás por ello], lo que generó una ola de indignación arrolladora, como nunca había visto antes en Italia”, comentó Lemlem a The Fix Media. “Todas nosotras (en DOTZ) aun cuando yo soy la única persona negra aquí, nos sentimos conmocionadas por el uso de esta palabray, junto con muchas otras personas tanto dentro como fuera de Italia, nos agrupamos online y creamos una respuesta colectiva para la RAI.”

A partir de esa campaña se fue desarrollando la idea de DOTZ y, tal como subraya Lemlem, la sala de redacción puede dedicarse por completo al trabajo periodístico gracias a una subvención del European Cultural Fund (Fondo Cultural Europeo). En su condición de mujeres que no proceden de entornos privilegiados y que no se pueden permitir el trabajar en el sector periodístico sin retribución alguna, DOTZ se benefició del apoyo de esta subvención. 

“Creo que proyectos editoriales como DOTZ, Colory, [otros medios dignos de ser citados son Griot Mag, Afroitalian Souls, y We Africans United] creados por personas de diferentes entornos y destinados a presentar una clase de información que se adhiere a la realidad italiana que, a pesar de lo que la corriente dominante pueda tender a mostrarnos, no es en absoluto solo ‘blanca’,” manifiesta Obasuyi de CILD. 

Raza, clase, género, edad: el reto para las voces no blancas en los medios de comunicación italianos es extremadamente interseccional, pero lo que sí es cierto es que el camino hacia el establecimiento de nuevos espacios y la recuperación de los relatos se ha abierto y muchos lo están recorriendo.

👉 Artículo original en The Fix Media.

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