El hombre salía muy contento del colegio electoral, con la mano de su hijo de 10 años entrelazada con la suya. Era una luminosa tarde de verano en un frondoso suburbio de Dublín. Él, y sólo la mitad de sus conciudadanos con derecho a voto lo estaban ejerciendo en un referéndum para cambiar la Constitución Irlandesa y para optar por unos u otros candidatos locales y al Parlamento Europeo.
Le pregunté ¿Le gustaría decir a los lectores del Irish Times cómo votó?
Nuestro hombre respondió rápidamente, lanzándose a explicar las razones de su elección de concejales...
"¿Qué me dice de los eurodiputados?" – aventuró el corresponsal en Bruselas.
"Oh..." Parecía desconcertado y se volvió hacia su hijo. "¿Cómo nosotros... bueno, cómo votaste tú?"
Las elecciones al Parlamento Europeo (PE) en Irlanda son lo que los politólogos llaman elecciones de "segundo orden". Los votantes no las toman en serio ni tampoco al parlamento, a pesar de sus mayores poderes en estos últimos años. Así que, para sorpresa de nadie, se podría confiar la votación a un niño de 10 años.