Por fin, Viktor Orbán ha flaqueado. El 1 de febrero, los dirigentes de los Veintisiete se reunieron para una cumbre extraordinaria en la que debían tratar el tema de la asistencia financiera de 50 000 millones de euros para Ucrania. El problema era que se necesitaba llegar a la unanimidad y el primer ministro húngaro venía bloqueando su aprobación desde diciembre de 2023. No obstante, en un giro de los acontecimientos cuyas verdaderas razones serán quizá siempre un misterio, Orbán dio finalmente un giro de 180 grados.
Se esperaba que el primer ministro condicionase su aprobación a la liberación de fondos europeos para Hungría, no obstante, Orbán no parece haber obtenido nada concreto a este respecto. Algunos piensan que su “victoria” podría estar reflejada en algunos puntos que se añadieron al texto — garantías consideradas como enmiendas marginales en Bruselas y como botín de guerra en Budapest. Por su parte, los dirigentes europeos celebraron haber podido doblegar al alborotador sin ceder a su chantaje.