“La demostración”, titula Libération a la mañana siguiente de la cuarta jornada de acción contra la reforma de las pensiones en Francia. Se han manifestado de 1.230.000 personas, según fuentes policiales, a 3.500.000, según cifras de los sindicatos, entre ellos, numerosos alumnos de secundaria y universitarios. La huelga va a secundarse en distintos sectores, entre ellos el puerto de Marsella, que abastece a seis grandes refinerías de petróleo del sur del país. “Las huelgas se han vuelto prorrogables —comenta el diario—. Al amparo de un movimiento de opinión mayoritario, los sindicalistas más decididos, aunque minoritarios, intentan bloquear los transportes y el suministro de carburantes. Nacida en 1995 durante la reforma Juppé [también en materia de pensiones], la huelga por poder vuelve al trabajo”. Si bien está previsto que se convoquen otras manifestaciones, el gobierno ha anunciado que no va a retractarse sobre la edad de jubilación a los 62 años.
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