Opinion Protestas en Georgia

La “ley rusa” es rechazada por el pueblo georgiano, pero la senda de Georgia hacia Europa sigue incierta

A pesar de la guerra híbrida de Rusia contra Georgia y su influencia sobre la mayoría gobernante en el país, que viene manteniéndose en el poder desde 2012, la juventud georgiana se ha movilizado en contra del proyecto de ley conocido como “de agentes extranjeros” que finalmente ha sido rechazado y que ponía en peligro el futuro europeo del país.

Publicado en 17 marzo 2023 a las 09:33

“De vuelta hacia Europa”: así es como el presidente francés Emmanuel Macron aludió a los últimos acontecimientos en Georgia, donde decenas de miles de persoans se congregaron frente al Parlamento para protestar contra el controvertido proyecto de ley de “agentes extranjeros” que, afortunadamente, consiguieron frenar. Después de 3 días de campaña, la controvertida mayoría parlamentaria rechazó en segunda lectura la denominada “ley rusa”. Esta ley era considerada por una gran parte de la ciudadanía georgiana como un obstáculo para el futuro democrático de su país, al que apartaba de la libertad y de la “senda europea”. Esta es la razón por la que las personas que protestaban, en su mayor parte estudiantes, solían calificar sus protestas como una lucha tanto por Europa como por la libertad y la democracia en Georgia. 

La legislación que se proponía era muy similar a las leyes rusas de “agentes extranjeros” con las que el Kremlin ha hostigado y anulado a la sociedad civil rusa. A tenor del proyecto de ley georgiano que ha sido rechazado, cualquier entidad jurídica que reciba más del 20 por ciento de sus finanzas de un “poder extranjero” (definición muy amplia que incluye a cualquier entidad jurídica no constituida según la legislación georgiana) deberá ser inscrita como un “agente de influencia extranjera”.

Más allá de la estigmatizante calificación, el proyecto de ley otorgaba a los funcionarios del gobierno un acceso sin ninguna traba a cualquier entidad jurídica, incluyendo su información financiera, correspondencia externa y datos personales de los empleados. El proyecto de ley alentaba también las cazas de brujas: el seguimiento de cualquier organización estaba permitido sobre la base de cualquier información por escrito que hiciera referencia al supuesto “agente extranjero”. También incluía como sanciones la imposición de gravosas multas. El proyecto de ley alternativo presentado por los proponentes del original era todavía más limitativo y ampliaba su alcance desde las entidades jurídicas hasta las personas físicas. También proponía sanciones penales, incluyendo penas de privación de libertad de hasta cinco años.

Contexto: ¿Qué la hace “rusa”?

Desde el mismo momento en que recuperó la independencia, Georgia se ha enfrentado a constantes obstrucciones rusas en el camino hacia la transición democrática y la concomitante integración euro-atlántica. En agosto de 2008 las reclamaciones imperiales de Rusia sobre las regiones postsoviéticas que buscaban la democracia tuvieron su mejor ejemplo en su agresiva invasión y ocupación de territorios georgianos. La reciente experiencia de lucha contra el resurgente imperialismo ruso reforzó los sentimientos proeuropeos de todas las generaciones de la ciudadanía georgiana, especialmente de quienes nacieron en un país independiente.

A pesar de la continua guerra híbrida de Rusia contra Georgia y su cada vez más obvia influencia sobre la mayoría gobernante en el país, el público georgiano sigue manteniéndose mayoritariamente a favor de la integración en Europa y en la OTAN, con un persistente apoyo público de más del 70 por ciento. Esta actitud de gran confianza hacia las instituciones occidentales contrasta muy acusadamente con los esfuerzos propagandísticos del régimen gobernante para socavar precisamente esos valores en los que se basa la integración europea.


 Las icónicas palabras del difunto primer ministro georgiano, Zurab Zhvania permanecen firmemente impresas en el imaginario del pueblo georgiano: “Soy georgiano y por lo tanto soy europeo”


A principios de 2022, después de otra invasión rusa de Ucrania, Georgia presentó su solicitud de adhesión a la UE junto con Ucrania y Moldavia. En junio de 2022 el Consejo Europeo otorgó el estatus de candidato a Ucrania y Moldavia, mientras que recomendaba una perspectiva europea para Georgia, requiriendo que esta última cumpliera unas condiciones específicas para alcanzar el estatus de candidato. La “desoligarquización” –eliminar la desmedida influencia de los oligarcas en las instituciones sociales y políticas– es una de estas condiciones. La primera persona en que pensar en este contexto es Bidzina Ivanishvili, ex primer ministro y fundador del partido gobernante Sueño Georgiano. Frecuentemente se considera a Ivanishvili el hombre que informalmente dirige el partido entre bambalinas. Al ver la condición de la UE como un ataque a su posición, Ivanishvili respondió con contraataques.

Sin embargo, no fue –o no exactamente– el Sueño Georgiano el iniciador del proyecto de ley en cuestión. El proyecto de ley de “agentes extranjeros” se puso en marcha después de que un grupo de parlamentarios abandonara el Sueño Georgiano para fundar un movimiento abiertamente antioccidental y rusófilo denominado “Poder del Pueblo”, que organizó campañas calumniosas contra organizaciones de la sociedad civil con el apoyo de los aparatos de propaganda del régimen. El Sueño Georgiano brindó un claro apoyo, mientras que los autores trataron de camuflar el proyecto como una idea norteamericana a fin de dotarlo de un cierto aire de legalidad y democracia. Dados el sistema judicial, el contexto geopolítico, la falta de jueces independientes, así como las constantes campañas de deslegitimación contra las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y los medios de comunicación, pronto quedó claro para la sociedad georgiana que el proyecto de ley llevaría a Georgia más cerca de Rusia que de Occidente. 

Restauración de la esperanza democrática

La resistencia civil de Georgia empezó con unas protestas pequeñas y fragmentadas encabezadas por medios de comunicación y OSC. Después, un creciente número de organizaciones internacionales y locales se unieron al movimiento, junto con muchas figuras públicas. Las manifestaciones alcanzaron su cénit cuando el proyecto de ley fue aprobado en primera lectura. La embajada de EE. UU. se refirió a la aprobación del proyecto de ley como un “día sombrío para la democracia de Georgia”. Los días 7 y 8 de marzo decenas de miles se congregaron en las calles y en los espacios digitales (#NoToRussianLaw) para oponerse a la “ley rusa”. En ambos días las fuerzas gubernamentales  trataron de dispersar por la fuerza la pacífica concentración usando gas pimienta, cañones de agua y porras, pero la resistencia civil prevaleció.


Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

La policía antidisturbios detuvo a 66 manifestantes, solo para encontrarse con una muchedumbre mayor y más poderosa al día siguiente. Después de una noche en la que se incendiaron coches de la policía, se reventaron escaparates y se formaron barricadas en el centro de Tiflis, el Sueño Georgiano emitió en la mañana del día 9 de marzo una declaración asegurando a la ciudadanía georgiana que “retirarían” el proyecto de ley “hasta que la situación se calmase”, echando la culpa de lo sucedido a las siniestras fuerzas que supuestamente habían diseminado desinformación acerca del proyecto de ley.

A pesar de tal declaración, la desconfianza pública persistió debido a las demoras procedimentales en el proceso de retirada que se había planificado. Hubo otra manifestación aquella noche para exigir al partido gobernante que convocara una sesión parlamentaria extraordinaria para rechazar el proyecto de ley en segunda lectura, ya que esta era la única forma de derogar un proyecto de ley aprobado en primera lectura. El 10 de marzo, en una sesión extraordinaria, la mayoría parlamentaria rechazó por mayoría el proyecto de ley en una segunda lectura. Es de advertir que la extrema derecha georgiana –muy proclive a Rusia– ha sido la única cómplice del gobierno georgiano. Su protesta a pequeña escala, en contra de la UE y antiliberal que mantuvo durante varios días después de que el proyecto de ley fuera rechazado, se caracterizó por la violencia y la quema de la bandera de la UE que ondeaba en el Parlamento.

¿Por qué tiene que saberlo el mundo?

Esta fue una victoria desafiante para la sociedad georgiana y un quebradero de cabeza para el Kremlin. Las feroces reacciones de los portavoces de Putin y las similitudes con la retórica del gobierno georgiano indican que el borrador de ley no solo era un “copia y pega” de la ley rusa, sino que además era una estrategia impulsada por el Kremlin. La campaña de manifestaciones estuvo encabezada por la juventud georgiana que nunca había experimentado directamente el vivir bajo un régimen totalitario, o el verse inmersa en un vacío informativo.

Las icónicas palabras del difunto primer ministro georgiano, Zurab Zhvania, marcando la adhesión de Georgia al Consejo de Europa permanecen firmemente impresas en el imaginario del pueblo georgiano: “Soy georgiano y por lo tanto soy europeo”. Pasquines y entrevistas a manifestantes muestran que esta es una generación que ama la libertad y la democracia, y que sin temor alguno se opone a Rusia y a las “políticas del miedo” instigadas por el gobierno. Aun cuando este proyecto de ley que representaba una importante decisión geopolítica haya sido anulado, Georgia sigue siendo un país con muchos obstáculos, tanto internos como externos, para la realización de su “futuro europeo”.



¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema