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Desde los inicios de la prensa escrita, la ilustración se ha utilizado para esclarecer o añadir perspectiva a los artículos. Incluso con la aparición de la fotografía en el siglo XIX, las ilustraciones a mano siguieron sirviendo su propósito: un resumen de la visión del artista y de la intención del autor. El arte de los ilustradores sigue apelando a algo no solo íntimamente conectado a las noticias, sino también intrínsecamente humano sobre el propio artículo.
Con la llegada de la tecnología de IA generativa, esa convergencia interpretativa y narrativa única entre el arte y el texto, entre el escritor y el ilustrador de carne y hueso, está en peligro de extinción.
Basado en prompts (o instrucciones), estas herramientas generativas son capaces de producir en masa simulacros detallados de lo que antes habrían sido ilustraciones hechas por una mano humana. Además, lo hacen gratis o prácticamente gratis, y son mucho más rápidas de lo que podría ser cualquier persona.
Ya que ningún ilustrador humano puede trabajar lo suficientemente rápido o barato como para competir con estos recambios robóticos, somos conscientes de que si no revisamos esta tecnología, acabará remodelando drásticamente el sector periodístico. El resultado será que solo una pequeña élite de artistas seguirá a flote, cuyo trabajo se venderá como una especie de símbolo de lujo.
Los generadores de arte mediante IA están entrenados con bases de datos vastísimas que contienen millones de imágenes con derechos de autor, recopiladas sin el conocimiento de su creador, y mucho menos sin su compensación o consentimiento. Estamos ante el mayor robo de arte de la historia, perpetrado por entidades corporativas aparentemente respetables y respaldadas por el capital de riesgo de Silicon Valley. Es un atraco a plena luz del día.
Si consideras que suena alarmista, piensa que obras generadas por IA ya se han utilizado para cubiertas de libros y como ilustraciones editoriales, menguando el sustento de los ilustradores. Como resultado, los artistas e ilustradores ya han empezado a denunciar a algunos creadores de generadores de arte por IA por infringir los derechos de autor.
¿Cuál es la importancia, más allá de las repercusiones inmediatas para los artistas? La IA afirma que es capaz de crear arte, pero nunca podrá hacerlo de manera satisfactoria porque sus algoritmos solo pueden generar variaciones de un arte que ya existe. Tan solo crea sucedáneos de ilustraciones que carecen de percepción, ingenio u originalidad.
El arte generado con IA es vampírico, y se alimenta del trabajo artístico de las generaciones pasadas mientras chupa la sangre a los artistas vivos. Con el tiempo, nuestra cultura visual perderá calidad. Los consumidores estarán adiestrados para aceptar estas obras aparentemente artísticas, pero que carecerán de ingenuidad, visión personal, sensibilidad individual y humanidad.
También es una decisión económica que afecta a la sociedad. Mientras las carreras de los ilustradores se verán perjudicadas por el arte generativo con IA, las empresas que desarrollan esta tecnología se están haciendo de oro. Invirtiendo en la IA, Silicon Valley está apostando contra el pan de los artistas.
La IA generadora de arte es solo el principio. Si los ilustradores quieren seguir ejerciendo, ahora es el momento de luchar. Molly Crabapple y el Center for Artistic Inquiry and Reporting hacen un llamamiento a artistas, editoriales, periodistas, editores y líderes sindicales del sector periodístico para que se posicionen a favor de los valores humanos y en contra del uso de imágenes generadas por IA que remplacen el arte humano.
Puedes firmar la carta abierta aquí.
| En Voxeurop nos comprometemos a no utilizar imágenes generadas por IA, a no ser que la propia imagen sea el tema de un artículo. A veces la usamos como una herramienta más de traducción o generación de textos, pero todo lo que se publica en Voxeurop está hecho por personas, o ha sido editado/revisado por una persona. Si publicáramos contenido generado en gran parte por la IA, lo señalaríamos. |
Un logotipo AI-Free
Nuestros socios de Cartoon Movement ya la han firmado, y también han creado un logo que las organizaciones mediáticas pueden añadir a su web para mostrar que no utilizan inteligencia artificial.
