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Irlanda, el primer país que dejará la supervisión de tres años de la EU, el FMI y el BCE, anunció el 14 de noviembre que ha optado por no solicitar el acceso a una línea de crédito de la UE de hasta 10.000 millones de euros cuando salga del programa de rescate, y su primer ministro Enda Kenny califica esta decisión de “salida en limpio”.
El diario Irish Times informa de que “La coalición presiona para que se siga la agenda de reformas y se garantice el respaldo del mercado”, antes de plantear que la decisión de no utilizar el crédito de la UE se debía más bien a la reticencia alemana ante esta idea. En un editorial, el diario añade lo siguiente:
Sin embargo, los mercados pueden estar tranquilos, porque no se relajarán las políticas y las disciplinas que han llevado al país a salir del rescate. El 15 de diciembre, el “Día de la Independencia”, no será un día de soltar apresuradamente los grilletes y de gastar desenfrenadamente, como a algunos les gustaría insinuar. A pesar de la salida, Irlanda seguirá estando sujeta a un importante programa de vigilancia, así como a las estrictas nuevas normas “two-pack” de la eurozona [normativas que permiten la supervisión económica de los países de la eurozona]. La mano dura se impondrá de por vida.
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"Adiós al rescate, hola al crédito", proclama Cinco Días en Madrid después del anuncio del Eurogrupo. El diario económico señala que el dinero insuflado a los bancos españoles desde julio de 2012 debería permitir que el flujo de crédito se oriente hacia las empresas y a la recuperación económica. Los bancos han utilizado 41.500 millones de euros de los 100.000 millones concedidos por la UE. Sin embargo, Cinco Días, recuerda que cuando se anunció el rescate de los bancos españoles,
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la mayoría de los españoles se llevaron las manos a la cabeza por entender que el rescate de la banca pasaría una severa factura a todos y paralizaría la economía por un tiempo prolongado. Pero la salida tan rápida de la intervención, con la banca recapitalizada, la sana y la que no lo estaba, y en un ejercicio considerado ejemplar por los socios europeos, desborda la más optimista de las previsiones. Eso sí: el rescate deberá considerarse ejemplar cuando se confirme que sirve para reactivar el crédito de forma ejemplar tras estar tres años contrayéndose.
"Portugal e Irlanda ya no están en el mismo barco" recoge en sus titulares Jornal de Negócios, ya que no se espera que Portugal salga del programa de rescate hasta junio de 2014. La estrategia del Gobierno portugués ha sido seguir los pasos de Irlanda, añade el diario. Sin embargo, los especialistas que han hablado con Negócios coinciden en que la salida de Portugal tendrá que incluir algún tipo de línea de crédito preventiva. En su editorial, Jornal de Negócios escribe que,
Lisboa apuesta por poder negociar un programa de crédito cautelar, que aportará al Estado una protección extra mientras no pueda utilizar el apoyo del mercado para financiarse de un modo sostenible. Se anticipó que Irlanda sería el primer país en utilizar este tipo de solución no probada, (...) sin embargo, Dublín desbarató los [planes de Portugal] y con razón. En resumen, Portugal acaba de quedarse solo. Y los compromisos y el apoyo con el que podrá contar dependerán exclusivamente del estado del país cuando llegue al final del programa y de la fama de fiable que se haya forjado entre sus socios.
En Milán, Il Sole 24 Ore opina que “el caso de Irlanda es música celestial para Angela Merkel”. El diario económico considera que la canciller alemana
ve en este caso una “historia de éxito” para contradecir las críticas que había recibido sobre su actitud ante los problemas del sur de Europa (empezando por Grecia): una mezcla de incapacidad para reformarse y recesiones agravadas por la austeridad. Queda por responder la cuestión de los bancos, que precisamente debido a la salida del plan de rescate, deberán someterse a una vigilancia especial.
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