Luego de los Panama Papers, publicados en 2016, y los Paradise Papers, que vieron la luz en 2017, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) publicó el 3 de octubre los Pandora Papers, un conjunto de más de 11,9 millones de documentos que develan las malversaciones financieras de decenas de miles de beneficiarios de sociedades fantasma inscritas en paraísos fiscales. Algunos de los archivos se remontan hasta cincuenta años en el pasado, aunque la mayor parte de las sociedades fantasma denunciadas fueron creadas entre 1996 y 2020.
En estos documentos confidenciales – se trata de la filtración más grande de la historia– , encontramos, entre otros, 300 responsables políticos, 35 jefes de Estado y 130 milmillonarios provenientes de más de 90 países. Entre ellos está, por ejemplo, el rey de Jordania Abdallah II, el primer ministro checo Andrej Babiš e incluso el antiguo director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.
Vladimir Putin, aunque sospechado de evasión fiscal, no se encuentra directamente mencionado en los Pandora Papers: varias transacciones financieras en su entorno cercano dejan entrever que el presidente ruso tiene un conjunto de testaferros que poseerían activos en su lugar. Vladimir Putin, cuya fortuna se estima en decenas -e incluso centenas- de miles de millones, rechazó estas acusaciones.
En un estudio publicado en 2020, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estimaba en 11 300 millones de dólares la suma poseída por las diferentes sociedades inscritas en paraísos fiscales.