Para justificar la decisión inédita sobre el impuesto bancario, el ministro de Finanzas alemán, Wolfang Schäuble, dijo que el modelo económico de Chipre "había quebrado". Por lo tanto, según su opinión fascista, "el que haya invertido su dinero en un país con una baja y poco controlada fiscalidad debe sufrir las consecuencias cuando los bancos de este país dejen de ser viables".
Estamos convencidos de que estas iniciativas fiscales las han debatido ante los ministros griegos y chipriotas. ¿Y qué ha respondido? ¿Han recordado que el modelo de Chipre no lo fabricó un puñado de maleantes, sino un Estado europeo que sufrió una invasión y una ocupación militares y que tuvo que buscar un medio de sobrevivir?
El turismo, el flete naval y las transacciones bancarias se volvieron atractivos gracias a un tipo impositivo bajo y a numerosas facilidades y deducciones, porque este Estado, del cual una mitad es objeto de una ocupación militar sin que ningún Schäuble lo señale, había atraído a las inversiones extranjeras para no hundirse.
Porque tenía que encontrar los medios para desarrollarse mientras que Turquía, que controla a 700.000 electores de origen turco en Alemania, estranguló al Estado chipriota robándole el 65% de sus hoteles, el 87% de los proyectos de complejos turísticos, el 40% de sus centros escolares, el 48% de sus exportaciones agrícolas y el 56% de sus playas (y repetiremos sin cesar estas cifras para no olvidar la Historia).
¿De qué otro modo podría haber sobrevivido la República de Chipre, sin recurrir a un modelo económico que atrajera a los inversores necesarios para recuperarse de la invasión [de 1974]? ¿Schäuble se aferra a su formación económica pero se olvida de la Historia? ¿Es que nadie le ha dicho que de las 80 empresas marítimas extranjeras registradas en Limassol, 36 son alemanes y sólo 3 son rusas? ¿O quizás el problema estriba precisamente en eso: que los alemanes quieren hacer la zancadilla a 3 empresas rusas ahora que habrá trabajo con el gas natural y que los petroleros irán y vendrán por el Mediterráneo?
Análisis
Un Eurogrupo opaco y poco democrático
Al día siguiente de que el Parlamento chipriota rechazase el impuesto especial sobre los depósitos bancarios, “nadie en Europa quiere hacerse responsable del proyecto que prevé confiscar parte de todos los depósitos bancarios”, recoge Il Sole 24 Ore, para el que “la confusión en torno a esta responsabilidad se debe al mecanismo de decisión desequilibrado que caracteriza estos últimos años de la crisis europea”. El problema, como es habitual, se circunscribe al “nivel en el que se toma la decisión”, el Consejo Europeo y el Eurogrupo, “nunca es en el que tiene cabida la elección democrática”, es decir, en los parlamentos nacionales. Además,
la transparencia en el proceso de toma de decisiones europeo es escasa: no hay acta de las reuniones del Eurogrupo, cuyo último jefe hasta el momento fue escogido por su falta de locuacidad; los jefes de Gobierno se ponen de acuerdo telefónicamente de forma bilateral y, sobre todo, carece de un verdadero debate público, puesto que existen 17 en los 17 foros nacionales.
Según el diario económico, la confusión interna en el seno de la UE complica también las cosas con el otro protagonista de esta historia: Rusia, “que tiene de 20.000 a 25.000 millones de euros en Chipre”.
Berlín es la primera que quiere imponer a Chipre que cierre sus canales financieros con Moscú. Una negociación que apunta a los ministros de Asuntos Exteriores y no a los de Finanzas. Pero Europa carece de una política exterior común, y aún más en el ámbito de la eurozona. Como resultado, Chipre acabará pidiendo ayuda a Moscú. Podría incluso llegar a depender de Rusia hasta tal punto que salga de la eurozona […]. Se calcula que Chipre dispone hasta el mes de junio para decidir si se alía con Moscú o se declara en quiebra.