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“Sólo puede ser Ucrania…”
El 22 de marzo de 2024, cuatro hombres armados irrumpieron en la sala de conciertos Crocus City Hall, en las afueras de Moscú. El número de víctimas actual es de al menos 144 muertos y 182 heridos. Es el atentado más mortífero perpetrado en Rusia en los últimos veinte años.
El ataque, que ha sido reivindicado por el Estado Islámico del Gran Jorasán, radicado en Afganistán, causó un impacto profundo en la población. Mientras que algunos acusan a Ucrania, a Estados Unidos o incluso al gobierno ruso de haber orquestado el atentado, otros señalan con el dedo el fracaso de la política de seguridad rusa, la falta de visión de los servicios de inteligencia y la corrupción en el Ministerio de Situaciones de Emergencia.
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