Rusos en Georgia: extranjeros en su antigua patria

Un viaje entre la capital Tiflis y el otrora centro metalúrgico soviético de Rustavi, narrado por el periodista ruso Maksim Cernikov para el medio independiente Republic. Georgia, meta exótica y familiar, es un refugio para muchos rusos que huyeron del reclutamiento y del régimen de Vladímir Putin.

Svetlana Aleksiévich: “Estamos haciendo frente al fascismo ruso”

En esta entrevista (transcrita por Nasha Niva) para Freedom TV, un canal basado en Ucrania, la exiliada bielorrusa nacida en Ucrania y ganadora del Premio Nobel de Literatura habla sobre la mortal cultura imperialista rusa, la guerra en Ucrania, el fracaso del levantamiento democrático de 2020 en Bielorrusia y sobre por qué todavía está dispuesta a conversar con los partidarios de Lukashenko y Putin – todos estos elementos se abordan en el libro que está escribiendo actualmente.

Todo tranquilo en el frente de Besarabia, entre el patriotismo y la nostalgia soviética

La cobertura de la guerra realizada por los medios de comunicación se ha centrado en la unión de los ucranianos ante un enemigo común, sin embargo, hay partes del país en las que aún yace oculta una simpatía en ebullición, fuerte pero silenciosa, hacia Moscú. Besarabia del Sur (o Budzhak, como la llaman los habitantes), ubicada en el extremo suroeste de Ucrania, es una de ellas.

Los rusos somos huérfanos de la historia

Mientras Putin libra guerras, a los rusos parece no importarles. ¿De dónde viene esta indiferencia? La respuesta tiene que ver con la necesidad de sobrevivir, en tiempos soviéticos y después, afirma el autor ruso Serguéi Lebedev.

En la Georgia soviética, la huida llegó a través del fútbol

Aka Morchiladze, nacido en 1966, es uno de los escritores contemporáneos más populares de Georgia. También es un gran fan del fútbol, lo que le dificultó la vida en la época soviética: cuando la URSS no participaba en un torneo internacional, los partidos no se transmitían. Era una forma distinta de opresión que los georgianos evitaban con éxito.

“Haber nacido en la URSS es un estado mental”

Tatiana Ţîbuleac, nacida en 1978, en Chisináu, tenía 13 años cuando Moldavia declaró la independencia por la que su padre luchó durante toda su vida. Sin embargo, no fue capaz de hacer lo que todos esperaban de ella: cortar su vínculo con Rusia y el idioma ruso.

La interminable desintegración de la Unión Soviética

Hace treinta años, el Acuerdo de Belavezha puso fin oficialmente a la Unión Soviética. A excepción de los países bálticos, la URSS se desintegró en entidades postsoviéticas más pequeñas que todavía llevan consigo el legado del totalitarismo – un obstáculo significativo para los movimientos prodemocracia y la transición democrática, escribe el prominente autor ruso Serguéi Lebedev.