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as crisis mundiales, sobre todo de esta magnitud, requieren una respuesta y una colaboración globales. Nos dijeron que había “ganadores” y “perdedores” de la globalización. Los perdedores son la clase obrera, las comunidades rurales o los más mayores, mientras que los hipsters que beben café orgánico o los urbanitas expertos en tecnología son los ganadores. Desafortunadamente, esta clasificación binaria, así como la narrativa que acompaña a estas dos comunidades es sobre todo un mito y una distracción. En realidad, todos perdemos si no nos enfrentamos a las amenazas existentes, como nos muestra de manera tan dolorosa la pandemia actual o la crisis climática que se avecina. La crisis ha demostrado que estamos físicamente juntos en esto , en un mismo planeta, cuyo destino podemos escribir. Cuando esta crisis termine, habrá mucho que reconstruir, y también necesitaremos reinventar la globalización para que aproveche nuestra interdependencia.
La cuestión principal es saber cómo dejar atrás la forma actual de la globalización, alejándonos del aislacionismo, y fundar una nueva globalización en la que todos salgamos ganando.
¿Por dónde se debe empezar? Ahora mismo, durante la crisis del coronavirus, estamos viendo a personas y comunidades unirse de manera virtual por todo el mundo, manteniendo así la distancia física. Con iniciativas que van desde cantar y animar desde los balcones, hasta dar clases de cocina en línea y compartir memes virales. La gente se ha unido con solidaridad y empatía en estos tiempos tan difíciles. A la larga, esta unión implica un gran poder.
Aunque todas las personas nacen iguales, con un enorme potencial sin explotar, el acceso y las oportunidades para aprovecharlo son muy desiguales. Eliminar las desigualdades nos permitirá afrontar los desafíos mundiales con muchas más personas capacitadas para solucionar problemas. Especialmente para afrontar el desastre económico de esta crisis, necesitamos un modelo que haga frente a los desafíos globales y que se ocupe de las comunidades vulnerables, para que ninguna sociedad se vea atrapada en una destructiva espiral.
Debemos ser conscientes de que el problema es la falta de soberanía del pueblo, causante de la carencia de recursos y desigualdades restantes. Hay muchos conceptos antiguos que hay que dejar atrás y muchas nuevas ideas que se deben desarrollar. La globalización que necesitamos debe ser impulsada por un compromiso cívico cada vez más presente en todas las capas de la sociedad, para avanzar hacia un sistema político basado en un poder y liderazgo distribuido y en una democracia participativa. Así, abordaremos el problema principal y nos encaminaremos hacia una comunidad globalizada más inclusiva[MK6].
En lugar de utilizar el poder para crear una situación en la que los desamparados dependen de los poderosos, este debería distribuirse y usarse para crear codependencias y empoderar a las personas. En lugar de convencernos para apoyar su punto de vista, los verdaderos líderes deberían permitir a las comunidades afrontar sus propios desafíos. De esta manera, aprovecharemos el talento de todos los miembros de la sociedad y usaremos todo el potencial colectivo [MK7].
¿Cómo lo podemos hacer? Empieza por ti mismo. ¿Eres activo en tu comunidad? ¿Responsabilizas a los líderes por sus acciones o falta de acción? ¿Eres responsable para con el resto? Busca y únete a una organización local que luche por una globalización en la que todos salgamos ganando. Para saber identificarlas, observa sus valores y acciones. ¿Unen a la gente de manera inclusiva? ¿Dan poder a sus miembros o solo los supervisan y los hacen dependientes? ¡Trae también a un amigo! Si no tienes tiempo debido al trabajo, transforma tu lugar de trabajo y piensa en cómo hacerlo más inspirador y colectivamente responsable. ¿Ya perteneces a una asociación? Contribuye a transformarla y a convertirla en el cambio que necesitamos. Si ocupas un puesto de autoridad, reflexiona sobre cómo puede empoderar a la gente con la que trabajas. ¿Tus acciones han creado nuevos recursos y han ayudado al crecimiento de las personas, o simplemente han creado una dependencia hacia ti? Conviértete en un defensor de la nueva estrategia. En resumen, una globalización en la que salgamos todos ganando comienza contigo y tu implicación en la sociedad.
El lugar o la posición que ocupas no importan, puedes ejercer liderazgo dando poder a otros. No es una cuestión de títulos, sino de qué se hace y cómo se hace. Se trata de motivar, movilizar y organizar a personas que nunca habían estado activas y darles la oportunidad de aprender y liderar; de formar nuevos líderes y después enseñarles a crear más líderes inspiradores. Es una beneficiosa reacción en cadena para la distribución del poder.
Para crear una globalización en la que todos salgamos ganando, necesitamos aceptar esta nueva mentalidad, en especial la de aquellos que pretenden mandar. La buena noticia es que ya contamos con los conceptos y las herramientas necesarias, como la organización comunitaria, el compromiso ciudadano, la innovación social y un liderazgo capaz de adaptarse. Estos conceptos se centran en un liderazgo empoderado y un poder distribuido, para que desarrollemos y utilicemos el talento de toda la sociedad, y no solo el de una pequeña parte privilegiada.
Barack Obama dijo que “el cambio no vendrá si esperamos a otra persona o a otro tiempo. Nosotros mismos somos lo que estábamos esperando. Nosotros somos el cambio que buscamos”. En los próximos artículos analizaremos algunos de los conceptos que nos ayudarán a que todos salgamos ganando.
