el 22 de julio los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintiocho lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea.
Una decisión que cuenta con el pleno respaldo del Süddeutsche Zeitung:
Es una señal clara. A partir de ahora, la UE se opone firmemente a los terroristas, les llama por su nombre, los declara proscritos y les hace la vida lo más difícil posible. Esta decisión no impide que la UE mantenga el diálogo con la facción política de Hezbolá […] puesto que sería absurdo ignorar que la [organización chií] es un actor político importante que Oriente Medio necesita.
Por el contrario, The Times rechaza la idea de que se puedan distinguir dos ramas dentro de Hezbolá:
Es una prohibición bien recibida que debería abarcar todas las actividades de Hezbolá. Resulta inverosímil creer que la organización política de Hezbolá es estanca frente a su facción terrorista. Constituyen una sola entidad, no dos. Hezbolá está compuesta de un grupo criminal y de una proyección para las relaciones públicas (…) Es encomiable tratar de disuadir a Hezbolá de sus aspiraciones terroristas e integrarla en el proceso político libanés y en las negociaciones con Israel. Pero no sucederá hasta que no se fuerce a la organización a elegir entre el terrorismo y el ámbito de respeto a la constitución. La UE ha dado un paso importante al insistir ante una organización terrorista en que su actual estrategia fracasará y que deberá tomar una decisión.
En Francia, Le Monde tilda la posición europea de “paradójica”, “como si una medida referente a Líbano compensase la ausencia de una política para Siria”:
Imaginamos que los europeos han querido mandar un mensaje a varios destinatarios. Pero es difícil no vislumbrar una postura de relativa impotencia. O al menos, un gesto simbólico que traduce el problema de los europeos ante la tragedia siria. […] Pero ésta apenas cambiará el rumbo de los acontecimientos, ni en Líbano, desestabilizado, ni en Siria, escenario de un inmenso drama al que Europa asiste impotente.