Análisis Tax the rich

Los muy muy ricos de los países europeos están menos gravados que los otros 

En Europa, los muy ricos están sujetos a una presión fiscal mucho menor que la de los otros contribuyentes. La entrada en vigor de un impuesto sobre la fortuna europea permitiría reparar esta injusticia fiscal.

Publicado en 15 abril 2024 a las 14:49

Instaurar un impuesto europeo sobre las grandes fortunas y utilizar esos recursos para contribuir a la financiación de la lucha contra el cambio climático y también a la lucha contra las desigualdades sociales: tal es el proyecto político iniciado por la diputada europea Aurore Lalucq y el  jefe del Partido Socialista belga Paul Magnette. 

¿Una utopía? Su idea ha cobrado la forma de iniciativa ciudadana europea (ICE), validada en julio de 2023 por la Comisión Europea. A fin de que su proyecto pueda avanzar los dos políticos tienen un año para recoger un millón de firmas en siete países al menos de la Unión. Como han lanzado oficialmente su idea el 9 de octubre de 2023, tienen hasta el 9 de octubre de 2024 para llegar al millón.

¿Por qué enredarse en esta batalla? Pues porque, estudio tras estudio, se percibe que los muy muy ricos pagan en Europa menos impuestos que el resto de la población. Y que en unos momentos en que escasean los capitales necesarios para una transición ecológica, hay una flagrante injusticia que es necesario corregir.

Unas desigualdades indignantes a nivel europeo

No es nada fácil conocer con mucha precisión el nivel, el reparto y la dinámica de los patrimonios en los diferentes países europeos, y menos de forma comparativa. Para conseguir “cuentas distribuidas”, es decir repartidas entre los diferentes tipos de cada unidad contribuyente conforme a sus ingresos, su riqueza, es necesario combinar datos provenientes de las cuentas nacionales, de encuestas a las unidades contribuyentes, etc. Por fortuna, el Banco Central Europeo (BCE) se ha puesto manos a la obra en enero de 2024: su política monetaria no tiene los mismos efectos según el nivel de desigualdad; y de ahí su interés por el asunto.

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De esas estadísticas recientes propuestas por el banco central y presentadas como experimentales en esta fase, se pueden sacar muchas enseñanzas importantes. Los datos, que atañen al periodo 2009-2023, demuestran que un 50 % de los europeos (los menos acomodados) han contado, como media, nada más que con el 4,8 % de la riqueza neta de la zona durante el citado periodo. Por el contrario, un 5 % (los más ricos) acaparan como media el 43,1 % del total. Una diferencia abismal.

Y como sucede a menudo, la media disimula las situaciones más desiguales. Incluso se puede decir que muchísimo más desiguales aun en la zona euro. Así, en Países Bajos, el 5 % que representan los más acomodados concentra el 31,7 % de la riqueza neta, contra el 53,5% en Austria; Francia se sitúa por debajo de la media en el periodo con un 39,8 %; Alemania e Italia están entre los países más desigualitarios. Aunque Europa lleve varias décadas establecida como institución, sus economías y sociedades no avanzan al mismo ritmo.

Cuando luego estudiamos la dinámica de la desigualdad de la zona en su conjunto durante el período disponible, nos sorprende el hecho de que los más ricos parecen beneficiarse enormemente de los períodos de crisis. En 2009, en medio de una crisis financiera global, el 5 % más rico poseía el 41,5 % de los activos de la región. Luego, la crisis golpeó a Europa a principios de la década de 2010 y, mientras sus habitantes luchaban por sobrevivir en medio de políticas de austeridad generalizadas, los más ricos vieron que su proporción de la riqueza aumentaba hasta el 44,4 % a principios de 2015. La relajación de las políticas presupuestarias y la fuerte intervención del BCE –el famoso "cueste lo que cueste" de Mario Draghi– fueron acompañadas por una caída en la proporción de riqueza en poder de ese 5 %. Antes de que en 2020 y 2021 esta proporción volviera a crecer en plena pandemia.

Esto no es una ninguna primicia, se sabe que durante los períodos de crisis graves las poblaciones que se encuentran en la parte inferior de la escala, que sólo tienen su trabajo y sus ingresos salariales para vivir, sufren más las consecuencias que las situadas en la parte superior de la escala, que se benefician de las mejoras en los mercados de valores, en los bienes raíces y las rentas de capital. Esto ha sido muy sorprendente en Europa durante los últimos quince años.

Las importantes desigualdades de riqueza no plantearían demasiados problemas si los europeos más ricos pagaran la parte justa que les corresponde de impuestos. Pero cada vez lo hacen menos. En su nivel más general, la dinámica fiscal europea ha sido clara durante muchos años: casi todos los países han abolido su impuesto sobre el patrimonio. Hace unos treinta años, una decena de países europeos, desde Alemania hasta Francia, pasando por España, Dinamarca y Suecia, gravaban específicamente la fortuna de los más ricos. Estos impuestos no eran perfectos, su base imponible se reducía debido a numerosas exenciones (residencia habitual, propiedades profesionales, etc.), que reducían su rendimiento, pero tenían el mérito de existir. Por desgracia, han sido arrastrados por la lógica liberal.

De la misma forma, tal como demuestra el último informe de la Comisión Europea sobre las tendencias de la fiscalidad, los tramos marginales de gravamen para las rentas más altas han sido rebajados. Y lo mismo sucede para el tipo de impuesto sobre beneficios, primer paso del impuesto a los más ricos ya que los beneficios no gravados sirven de base para la distribución de dividendos concentrados en manos de los más acaudalados.

¿Cuánto pagan realmente en impuestos los muy ricos?

En resumen, lo uno no es suficiente para explicar completamente lo otro, pero la mayor concentración de riquezas en manos de los más acaudalados es concomitante con la reducción de los impuestos sobre el patrimonio. Sin olvidar que es entre los mayores tenedores de patrimonio donde encontramos los mayores usuarios de estrategias agresivas de optimización fiscal y del uso de paraísos fiscales.


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¿Cuál es el resultado de todo esto? En resumen, ¿cuánto pagan realmente en impuestos los muy ricos? La respuesta a esta pregunta está lejos de ser obvia. De hecho, era casi imposible responderla hasta hace pocos años. Pero los estudios empiezan a generalizarse y permiten, a partir de los que ya están disponibles, llegar al mismo resultado: los muy ricos de los países europeos pagan menos impuestos que los demás contribuyentes de su país.

Para poder evaluar el tipo de imposición que se aplica a los más acaudalados hace falta conocer exactamente su nivel de ingresos y de fortuna, dato que no está disponible en las estadísticas oficiales. Por ejemplo, una parte de los ingresos de los muy acaudalados proviene de los dividendos que cobran por ser propietarios de acciones de sociedades mercantiles.

Pero estas acciones pueden estar bien a nombre de intermediarios de sociedades pantalla o bien de holdings propiedad de los ricos, que no reparten dividendos: unos rendimientos de capital que no están gravados, pero sí acrecientan la fortuna de los más ricos. Esto es un ejemplo entre muchos otros de las dificultades para calcular bien los ingresos, la fortuna y los tipos impositivos de los más acaudalados. Los economistas han abordado el problema agregando datos anónimos sobre impuestos a la renta, encuestas, cuentas nacionales, etc. Un gran trabajo, todavía poco común, pero que empieza a generalizarse.

Así, en Francia, un estudio del Instituto de Políticas Públicas publicado en 2023 muestra que el tipo del impuesto sobre la renta pasa gradualmente del 46 % para el 0,1 % más rico al 26 % para el 0,0002 % más rico, es decir, las 75 unidades tributarias en la parte superior de la distribución, para quienes la riqueza se cuenta en miles de millones. ¿Por qué? Porque la riqueza de estos superricos se compone en gran medida de dividendos no distribuidos, sujetos al impuesto de sociedades, que viene bajando desde hace varios años (resultado obtenido con datos de 2016, cuando este impuesto era más alto que hoy).

Idéntico resultado en Italia: un análisis que apareció a principios de 2024 muestra que el sistema fiscal es ligeramente progresivo, pero que cambia de sentido a partir de ese 5 % de los más ricos, cuyo tipo impositivo se sitúa en torno al 36 %, frente a la franja del 40 al 50 % para los ingresos inferiores. Los autores del estudio amplían el análisis a la tributación de la riqueza neta y confirman el resultado: cuando más crece su fortuna, menos gravada está, el 25 % que forman los más pobres tiene que hacer frente a un tipo del 52 %, mientras que en el caso del 0,1 % que forman los más ricos, el tipo es del 36 %.

Un trabajo similar, en el que se combinaron igualmente datos macro y microeconómicos, llevó al mismo resultado en Países Bajos: el tipo medio de imposición para el 99 % de la población se sitúa entre el 40 y el 50 %, y luego empieza a disminuir comenzando desde el 1 % restante hasta terminar en el 21 % para el 0,01 % superior del conjunto de contribuyentes. Y todavía se siguen encontrando los mismos resultados en el Reino Unido.

Una injusticia fiscal que reclama reparación

Es de esperar que otros investigadores aborden el asunto en los otros países europeos, pero los elementos disponibles tienden a dar el mismo resultado. Hoy en día, los más acaudalados de Europa acaparan enormes riquezas y están sujetos a menor gravamen fiscal que los demás. La principal explicación puede basarse en un gravamen menor para las rentas de capital con relación a las del trabajo. Un estudio reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) demuestra que la diferencia de impuestos entre los dos tipos de rentas es importante, del orden de 12 puntos porcentuales, como media, en los países de la OCDE (9,5 puntos en Francia) a favor de las rentas de capital.

Entonces, sí, la implementación de un impuesto europeo sobre el patrimonio sobre el 1 % o el 0,1 % más rico permitiría reparar una injusticia fiscal que hace que los muy ricos estén menos gravados porque sus ingresos provienen de anualidades, impuestos financieros menos gravados que el trabajo. Es hora de cambiar la situación. Tax the rich!

👉 Artículo original en Alternatives Economiques
EDJNet ES
En colaboración con European Data Journalism Network.

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