La anulación del histórico fallo Roe vs. Wade del Tribunal Supremo de Estados Unidos, el 24 de junio, ha provocado un revuelo que ha trascendido las fronteras estadounidenses. Esta decisión, que permite a cada estado regular el derecho al aborto como juzgue conveniente, ha reavivado el debate incluso en Europa.
Si bien el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) está globalmente generalizado y aprobado en el Viejo Continente (con la importante excepción de Malta, donde está completamente prohibido), las condiciones de acceso varían de manera significativa según los gobiernos – y la influencia del grupo de presión americano «provida» en Europa está creciendo.
Últimamente, el asunto del acceso al aborto ha vuelto a generar polémica en Malta, después de que se pusiera en riesgo la vida de una turista estadounidense. En Francia, recientemente se presentó una propuesta de ley que integra en la Constitución el respeto a la interrupción voluntaria del embarazo. En Polonia, su ámbito de aplicación ha sido limitado, y en Italia, la cifra creciente de ginecólogos objetores de conciencia a veces complica en extremo las IVE en ciertas regiones.