"Los belgas encaran su destino": así acoge el diario de Bruselas el anuncio de abdicación del rey Alberto II, el próximo 21 de julio, día de la fiesta nacional, en su hijo el príncipe heredero Felipe, de 53 años.
"Si el momento es histórico, no resulta inesperado", comenta Le Soir, que habla de un soberano fatigado pero también deseoso de "no tener que hacer frente a la cita electoral particularmente temida de mayo de 2014" [fecha de las elecciones federales y regionales], y a las amenazas sobre la unidad del país ante una victoria del N-VA, partido independentista y republicano.
Le Soir subraya que, a este respecto, la decisión del soberano "es muy astuta":
ha puesto la decisión sobre la monarquía, pero sobre todo sobre el país, en manos de sus principales y únicos decisores: la población belga: ningún rey, tenga 80 años y sea amado por su pueblo, o 50 años y puesto en duda, hará que este país estalle o no.