Azerbaiyán, que acoge a partir del 22 de mayo el concurso de Eurovisión 2012 [la final tendrá lugar el sábado 26 de mayo], no ha dejado de presentarse para organizar acontecimientos de alcance internacional. Primero, Bakú presentó su candidatura para organizar los Juegos Olímpicos de 2016, pero no fue aceptada. Aunque eso no desanimó al país y hoy propone su proyecto para los Juegos Olímpicos de 2020 y, por si eso falla [ha sido descartada, no es finalista para los organizarlos], para la Eurocopa de fútbol del mismo año.
Esto indica que Azerbaiyán se siente cómodo y acogido en los foros internacionales. Se considera "un socio estratégico" tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea. Incluso en el Parlamento estonio, 14 personas integran el grupo de amistad con Azerbaiyán. Los estonios que defienden los derechos humanos en el antiguo bloque del Este evitan pronunciarse sobre Azerbaiyán: [para ellos] Minsk, Moscú y últimamente Kiev, son asuntos preocupantes en materia de derechos humanos, pero Bakú no.
¿Por qué? ¿Se diferencia tanto realmente Azerbaiyán de Bielorrusia? ¿Acaso no es Bakú la capital de una dictadura? Plantear la cuestión es una forma de responderla y sin embargo, parece que nadie observa nada. Los oponentes al Gobierno son conocidos porque no les han condenado totalmente al silencio, pero tampoco cuentan con ningún margen de maniobra.
El Estado donde va a tener lugar una alegre fiesta internacional en realidad es un lugar en el que hay una decena de prisioneros políticos y periodistas encarcelados. Y no son menos numerosos que en Bielorrusia. Pero se mantiene una buena relación con Azerbaiyán por el petróleo. Al contrario que muchas otras antiguas repúblicas soviéticas, el país de los azerbaiyanos no es un país pobre. Kazajistán también es un país que se trata con respeto, aunque se trate también de un país autoritario.
Y aunque su reputación no sea buena, sabemos que con dinero se consiguen bastantes cosas. Siempre habrá alguien que conozca a una persona en Londres u otro lugar que trabaje en una oficina que acepte fondos de un país autoritario, si le ayuda a forjarse una buena imagen. O al menos una imagen que no recuerde la vida y la realidad del poder en ese país.
Desde Azerbaiyán
Eurovision, marcada por las discrepancias
“Los preliminares de Eurovisión resultan un quebradero de cabeza para las autoridades azeríes” proclama el diario Zerkalo, con sede en Bakú. Mientras la portavoz del famoso concurso internacioinal, Michelle Roverelli, protesta contra “la apropiación política de un espectáculo de entretenimiento”, las críticas y las amenazas a una competición que se desarrolla sin problemas técnicos se han hecho oír, especialmente las provenientes de Alemania y las que se realizan a través de algunas ONG internacionales, que han pedido que se boicotee el evento.
Mientras tanto, en la propia Azerbaiyán, los activistas de derechos humanos y la oposición se han manifestado para que la atención internacional se fije en “la deplorable situación en que se encuentran los derechos humanos, que están claramente marcados por la persecución de los opositores al Gobierno, la falta de respecto del derecho de reunión, de la libertad de prensa y de la libertad de expresión”. Por primera vez, los manifestantes han pedido la dimisión de Ilham Aliev, y se han convocado más manifestaciones que coinciden con la celebración del concurso. Para los radicales islamistas del país, que han hecho pública su declaración a través del sitio web de noticias azerí Aze, Eurovisión “es una pesadilla para los musulmanes”, y creen que los invitados y los participantes serán el objetivo de ataques.