El domingo 30 de octubre tuvo lugar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil. Con un margen mucho más estrecho que el que se había anunciado en las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores, PT, izquierda) triunfó por encima del presidente saliente Jair Bolsonaro (Partido Liberal, PL, extrema derecha) con un 50,9 % de votos contra un 49,1 %.
La victoria de Lula marca un “regreso a la normalidad” para Brasil, tras un mandato particularmente marcado por la calamitosa gestión de Jair Bolsonaro de la pandemia de covid-19. Sin embargo, deberá dirigir un país más dividido que nunca. La repercusión de la victoria de la izquierda brasileña va mucho más allá de Sudamérica, sobre todo en lo que respecta al cambio climático, a unos días del inicio de la COP27 en Egipto.
La deforestación de la selva del Amazonas se aceleró de manera particular durante el mandato de Bolsonaro, llevándose consigo más de 40 000 kilómetros cuadrados de vegetación. Tras el anuncio de la victoria de Lula, Noruega expresó su deseo de retomar su envío de subvenciones en el contexto de la protección de la Amazonía, ayudas que había suspendido en 2019. Además, Lula había hecho campaña poniendo de relieve sus ambiciones ecológicas.
Asimismo, desde un punto de vista económico, la elección de Lula podría permitir acelerar la ratificación de ciertos acuerdos. El tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela), suspendido por los países europeos debido a la deforestación realizada bajo el mandato de Bolsonaro, también podría desbloquearse. Si se ratificara, este debería permitir a la UE intercambiar sus exportaciones por productos de agricultura local.
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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