La posibilidad de que Renault deslocalice a Marruecos la producción de determinados modelos de Dacia, su filial de bajo coste rumana, ha generado preocupación en Rumanía. En un artículo titulado “Dacia ‘made in Romania’, amenazada por Marruecos”, el diario Gândul apuntados motivos que justificarían la deslocalización. En primer lugar, “el malestar de la dirección a causa de las demandas de los sindicatos respecto a los salarios —aumento de 500 lei (125 euros) al mes y una prima anual de 700 lei (175 euros)—, en base a un salario medio de 520 euros”. En segundo lugar, una reducción del coste del transporte de los coches por vía marítima en relación al transporte por vía terrestre, en vista del estado de las carreteras rumanas. El sueldo en Tánger sería de cinco euros la hora, frente a los casi ocho euros que se pagan en Rumanía. Sin embargo, el diario subraya que la fábrica de Mioveni ha realizado exportaciones por valor de 2.500 millones de euros en 2010, lo cual representa un 7% de las exportaciones totales del país. Gândul recuerda, asimismo, que Dacia supone 150.000 puestos de trabajo en Rumanía, 20.000 de ellos en Mioveni.
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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