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La COP27 inició el 6 de noviembre en Sharm-el-Sheij, en Egipto. Más de 2000 delegados de todo el mundo deben reunirse en la ciudad balneario durante 12 días de discusiones sobre la implementación de las medidas aprobadas en el Acuerdo de París sobre el cambio climático de 2015. El ambiente en una COP no suele ser optimista, pero con un año marcado por desastres climáticos que han afectado al mundo entero, y por la guerra en Ucrania, cuyas consecuencias en el sector de la energía ya se hacen sentir, el sentimiento de emergencia parece volverse más urgente este año. En cuanto al objetivo previamente establecido de disminuir las emisiones de gas de efecto invernadero a la mitad para 2030, este se mantiene bastante fuera de alcance.
Sin duda alguna, este mismo sentimiento de emergencia es lo que llevó a que la reparación de daños climáticos se incluyera en la orden del día. Este punto, que es probablemente el tema principal de la conferencia de este año, se refiere a la compensación de pérdidas y daños ocasionados por el cambio climático y al financiamiento por parte de los países del Norte industrializado de los daños ambientales sufridos por los países del Sur afectados de manera desproporcionada por el cambio climático pese a su huella de carbono considerablemente menor.
El tema ya se había puesto sobre la mesa en la COP pasada ; este año es la primera vez en la que este deberá tratarse formalmente. Por el momento, la UE, que sin embargo ha sido fuente de legislaciones climáticas ambiciosas, se ha opuesto a estas reparaciones, y Estados Unidos se le ha unido en este punto.
