Imaginando Europa en 2040

La Comisión Europea acaba de desvelar su objetivo de reducir las emisiones netas en un 90 % para 2040 en comparación con los niveles de 1990. El tan esperado objetivo sigue las ambiciosas recomendaciones del Comité Científico Consultivo de la UE. Nuestro repaso a la cobertura mediática europea del medioambiente y el clima durante el eterno y melancólico mes de enero, con Display Europe.

Publicado en 20 marzo 2024 a las 09:53

Ante la presentación de la visión de la UE para 2040, la sociedad civil reaccionó de manera enérgica. Las ONG insistieron en que, comparado con el texto inicial que circulaba hace dos semanas, el proyecto final es bastante permisivo con la agricultura. Michel De Muelenaere escribió para Le Soir que los debates sobre este tema bajo la presidencia belga del Consejo se anuncian difíciles. Debería resultar obvio, porque estamos presenciando una "aceleración histórica del cambio climático en 2023, que ha registrado por primera vez un aumento de las temperaturas de 1,48 °C por encima de los niveles preindustriales", pero parece ser que no lo es.

El nuevo objetivo, así como todo el aspecto de Europa en 16 años necesita mucha imaginación.

Jon Henley, Sam Jones y Lorenzo Tondo dieron cuenta para The Guardian de la primera noticia en el mismo pleno en Estrasburgo: la UE ha abandonado sus planes para limitar el uso de pesticidas químicos para finales de esta década. La propuesta original, que forma parte de la transición verde del bloque, "se ha convertido en un símbolo de polarización", dijo en su intervención la presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen. Ajit Niranjan describe los puntos principales de la propuesta de la Comisión en otro artículo en The Guardian.

En el momento en que escribo esta reseña puedo oír en las calles de Bruselas el claxon de más de mil tractores. Son los agricultores franceses, italianos, neerlandeses, españoles y alemanes que llevan tres días ocupando el barrio de las instituciones europeas, mientras la cumbre de líderes de la Unión Europea se reúne para debatir el presupuesto de los próximos años. Para saber más sobre el enfado de los trabajadores del sector agrícola, lee la revista de prensa de Francesca Barca.

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Sin embargo, también hay que tener en cuenta los pequeños detalles, pues no todos protestan contra todas las políticas de la UE. Los agricultores ecológicos reconocen que el verdadero problema es el cambio climático, afirma Lorène Lavocat en Reporterre. En la feria bio Millésime en Montpellier, a pesar de la aparente calma de los viticultores, el cambio climático les produce una gran preocupación, y destacan sus efectos devastadores en la viticultura occitana. Sequías prolongadas, inundaciones y enfermedades amenazan las cosechas y ponen en peligro la supervivencia de muchos agricultores. Para confrontar la emergencia climática existen varias soluciones que van desde la irrigación, que suscita el escepticismo de los agricultores orgánicos, hasta la adaptación de prácticas y diversificación de cultivos.

Por otro lado, Cataluña está en alerta por sequía. Después de que las reservas de agua estén por debajo del 16 %, varios territorios de las cuencas internas de Cataluña están en situación de emergencia. Maldito Clima describe las medidas que se van a aplicar, como limitar el consumo de agua a 200 litros por persona y por día, prohibir su uso privado y recreativo, o solo permitir el riego de supervivencia en cosechas de árboles frutales y olivos. Si la situación no mejora, existen dos fases más restrictivas para aquellos territorios donde el abastecimiento solo depende de embalses.


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Siguiendo con el cambio climático, resulta imposible no mencionar esta investigación de Matthew Green, Merel de Buck y Birte Schohaus en Follow the money. Encontraron documentos internos de la compañía energética Shell de la década de 1970 y que revelan que la empresa ya conocía el potencial daño que sus combustibles fósiles podían causar al clima. Los documentos, que también se han hecho públicos en DeSmog, fueron descubiertos mediante una investigación exhaustiva por parte de Vatan Hüzeir, activista climático y doctorando. Estas revelaciones, que además detallan las conversaciones internas de la empresa sobre la necesidad de medidas preventivas contra el cambio climático, podrían ser importantes para los procesos legales actuales y futuros contra Shell.

Stéphane Horel en Le Monde ha anunciado otro hecho horrible: los denominados "contaminantes eternos" (PFAS) ya han entrado en nuestros cuerpos. Unas ONG han medido la presencia de PFAS en la sangre de una docena de líderes políticos europeos. Entre los que dieron positivo se encuentra el antiguo vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, quien exige la prohibición de estas sustancias.

Otra investigación, realizada por Adam Haertle para el medio polaco Zaufana Trzecia Strona (y traducido al inglés por BadCyber), muestra que un tren polaco, el Impuls 45WE, fabricado por Newag, tuvo varías averías después de que una empresa independiente se encargase del mantenimiento. La empresa en cuestión es Serwis Pojazdów Szynowych (SPS), que ganó la licitación para el mantenimiento del tren contra Newag. Cuando el tren no pudo arrancar después de haberlo revisado, se contrató al equipo de hackers Dragon Sector para investigar. Su análisis descubrió un software programado para deshabilitar los trenes si el mantenimiento se hacía fuera de las instalaciones de Newag, entre otras medidas de sabotaje. El hallazgo sugería averías intencionadas para minar a los competidores y recuerda al escándalo Dieselgate pero con trenes. Los hallazgos indican posibles prácticas poco éticas en el sector ferroviario. El experto en ferrocarriles Jon Worth también ha escrito abundantes publicaciones sobre el tema.

En Scena9, Oana Filip entrevistó a Liviu Chelcea (traducido al inglés por Eurozine), antropólogo y profesor en la Universidad de Bucarest, para hablar de la manera en que damos el agua por sentada. Chelcea explicó que el agua, elemento central de las dinámicas sociales, refleja nuestros hábitos de consumo ante los desafíos medioambientales. Las sociedades occidentales perciben el agua potable como abundante e individual. El estudio de Chelcea sobre la infraestructura hidráulica analiza la cultura del agua embotellada en Rumanía, que tiene sus orígenes en creencias de salud históricas y en el turismo aristocrático. El regreso del plástico, motivado por las tendencias en materia de salud, contrasta con la abundante agua del grifo en Rumanía. El cambio climático va a provocar escasez de agua y problemas de calidad, y requiere cambios en los hábitos de consumo y en el debate público. Los conflictos por cuestiones hídricas, frecuentes a lo largo de la historia, van a aumentar con el cambio climático e incrementarán los desafíos a nivel global.

En otro orden de cosas

Un estudio del think-tank European Council on Foreign Relations (ECFR) pronostica que un cambio significativo hacia la derecha en el nuevo parlamento de la UE crearía una coalición "anticlima". Si esto ocurriese, el macroproyecto del Pacto Verde Europeo debilitaría en su fase más complicada, la implementación local, "lo que afectará la soberanía climática de la UE". En cualquier caso, mucho depende de la política nacional. Greta Hirschberg examinó el papel que desempeñan los medios en la construcción del discurso público poniendo como ejemplo los casos opuestos en materia de comunicación medioambiental de Suecia y Dinamarca para Voxeurop.

En colaboración con Display Europe, cofinanciado por la Unión Europea. No obstante, los puntos de vista y opiniones expresados son exclusivamente los del autor o autores y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea ni los de la Dirección General de Redes, Contenidos y Tecnología de las Comunicaciones. Ni la Unión Europea ni la autoridad otorgante pueden ser consideradas responsables de las mismas.
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