Las relaciones entre la UE y Rusia se han visto gravemente impactadas después de que se expulsara de Moscú a tres diplomáticos europeos en el momento en el que el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, se reunía con su homólogo, Sergueï Lavrov, en la capital rusa, el 5 de febrero.
Los diplomáticos –de origen sueco, polaco y alemán– fueron acusados de haber participado en «manifestaciones ilegales» como muestra de apoyo a Alexeï Navalny. Borrell había viajado a Moscú principalmente para protestar contra el encarcelamiento del opositor de Vladimir Putin y de miles de manifestantes que le apoyaban.
El diplomático europeo afirmó que habrá que asumir las consecuencias de la situación. El próximo paso podría incluir sanciones.